Consejos de una yogui para comer y vivir mejor

El ser humano es la unión de cuerpo, mente y espíritu. Por eso es tan importante saber cómo lograr equilibrar cada elemento. En estas líneas, quiero que platiquemos de la alimentación.

Siempre es bueno escuchar al cuerpo. Pero no siempre es fácil. Muchas veces, ignoramos los mensajes de nuestro cuerpo por malas costumbres que nos inculcan desde pequeñas o por presiones sociales. Así que aquí les van algunos consejitos fáciles para alimentarnos mejor:

1. Mejor lo que eliminas que lo que agregas a la “dieta”. (antes de hacer “dieta” o cambiar hábitos bruscamente, es mejor eliminar alimentos trans, alcohol, cigarrillos, harinas en exceso, etc.)
2. Procura que en tu plato siempre haya muchas verduras (hojas verdes, zanahorias, remolacha, brócoli, zucchinis, berenjenas, tomate, etc)
3. No comas hasta atiborrarte (no comas hasta explotar como si no hubiera un mañana)
4. Intenta comer carbohidratos de día y proteínas a la noche (los carbohidratos en sangre se disgregan en azúcar y son fuente de energía; y las proteínas de noche ayudan a que los músculos se regeneren)
5. Este consejo por ahí es más difícil, pero algún valiente tal vez se anime. “Mientras más simple es el alimento, menos trabaja el metabolismo”. Opta por alimentos vivos, ricos en enzimas y clorofila y fáciles de digerir como verduras, hortalizas, frutas, semillas, pseudo-cereales germinados, fermentados y demás.
6. Si el 80% de las elecciones dietéticas son sanas, un organismo sano es capaz de neutralizar el 20% restante de excesos.
7. Dale a cada alimento el tiempo de digestión que requiere. Por ejemplo, en el caso de los jugos el tiempo de digestión es de 15 a 30 minutos. Las frutas demoran entre 30 y 60. Los cereales y las legumbres demoran entre 1 y 2 horas, las proteínas tardan 3 o 4 y los mariscos pueden demorar hasta 8 horas en ser digeridos.
8. Evita o intenta reducir el consumo de harinas blancas y azúcar. (En su lugar puedes usar harinas integrales o de legumbres y en vez de azúcar puedes usar Stevia en hojas -pero no en polvo- azúcar de coco, o mascaba)
9. Toma bastante agua.

A todos estos “cambios” los puedes acompañar con unas meditaciones. Si bien muchas personas consideran la meditación con aprensión, imaginándose a un monje cruzado de piernas en busca de la iluminación, la realidad es que se trata de proceso que puedes encarar gradualmente siguiendo estos dos consejos fáciles.

1. Concéntrate en cada cosa que hagas. Por ejemplo,si sales a correr, piensa y siente solo tu cuerpo, tu respiración, tu corazón y tu piel, e intenta no alejarte del momento presente, no pienses en el trabajo ni en nada que pueda desplazarte de tu estado de fluir en el presente. Esto es algo que puedes practicar en cualquier momento del día.
2. Otra manera de meditar es haciendo ejercicios de respiración. Todo lo que tienes que hacer es prestar atención a cada inhalación y cada exhalación durante unos minutos. Esto también es algo que puedes hacer en cualquier momento que encuentres un rato libre.

A algunas personas tal vez les cueste mucho apaciguar los pensamientos. Es algo normal, no intentes callarlos de una vez. Obsérvalos, acéptalos, no luches contra ellos y de a poco irán silenciándose. Si en principio no lo logras, no te frustres. Recuerda, para avanzar muchas veces es necesario aceptar.

Hacer afirmaciones diarias por las mañanas y por las noches también es recomendable. Las afirmaciones son pensamientos positivos que debes repetir con constancia para que echen raíces en tu subconsciente. Son verbos, adjetivos, mandatos o frases que, desde los laberintos del cerebro, adquieren poderes de creación y realización. A través de la repetición de afirmaciones de prosperidad es posible alimentar nuestra vida con ideas constructivas.

También puedes practicar Yoga, una disciplina que reconcilia muchos de estos consejos. Lo importante es que busques tu propia manera de meditar, de relajar y de conectar contigo en el momento presente, que es lo más importante.

Si a todos estos nuevos hábitos le agregas algún tipo de ejercicio que te haga feliz, que no sea una tortura o simplemente una obligación, algo que realmente disfrutes, como yoga, Pilates, correr, danza, baile, capoeira, artes marciales o lo que sea… puedes decir “¡Misión cumplida!”. Tienes todo lo que necesitas.

Espero que estos consejos te sirvan y que encuentres tu manera personal de aplicarlos.

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