Impuestos, aliados y cheques inesperados

NOTA: este artículo es parte de una campaña remunerada de TurboTax. Sin embargo, las opiniones expresadas aquí son genuinas y expresan fielmente el punto de vista de su autor.

Aquí estamos en WeAllGrow, con los amigos de TurboTax.

La semana pasada regresé de una de mis conferencias favoritas, la #WeAllGrow Summit, que se realiza cada año en California. Es el resultado de años de trabajo incansable de su fundadora, Ana Flores, y se nota en cada detalle. WeAllGRow es una celebración de -y para- las mujeres latinas que estamos aportando nuestro granito de arena en las artes, los negocios, el deporte y la política, entre otras áreas, para que todos y todas tengamos las mismas oportunidades. Y por eso me alegré tanto cuando nuestros patrocinadores de TurboTax decidieron apoyar la conferencia y transformarse en uno de las tantas empresas que se sumó, con dinero y logística, a los esfuerzos de Ana por segundo año consecutivo.

Durante el segundo día de WeAllGrow, TurboTax organizó una fiesta en una de los espacios al aire libre del hermoso hotel Maya DoubleTree de Long Beach. Mientras platicaba con colegas y amigas, surgió un tema importante del que me gustaría hablar en este post. Me refiero a los aliados. Es decir, a cuán importante es tener aliados para poder crecer en cualquier aspecto de nuestra vida.

Esta es Ana Flores, la fundadora de WeAllGrow, y su servidora.

Yo tengo la fortuna de contar con mi marido a la hora de resolver problemas de trabajo. Por ejemplo, además de ser mi socio, Andy es un apasionado de la tecnología, así que nunca me he tenido que preocupar por esa parte de nuestra empresa. También tiene una personalidad meticulosa, lo cual es bien útil a la hora de hacer los impuestos. Cuando le comenté acerca de WeAllGrow y la fiesta de TurboTax, me dijo una cosa que me tomó por sorpresa: “TurboTax y su tecnología han sido nuestros aliados, Gaby”. Y me recordó una anécdota que aún hoy me hace sonreír.

Cuando Andy y yo llegamos a los Estados Unidos e hicimos nuestros impuestos por primera vez, recurrimos a un contador. Luego de pasarnos unas dos horas en su estudio, nos informó que recibiríamos un reembolso de unos $2,000 dólares. Andy y yo nos miramos pasmados. Habiendo nacido y crecido en Lationamérica, la idea de recibir dinero del gobierno por haber pagado impuestos de más nos resultó tan insólita que inmediatamente empezamos a buscar la cámara oculta. “Yeah, right…”… Pero luego llegó el cheque y nuestra mentalidad comenzó a cambiar.

Aquí estamos con mi aliado tecnológico festejando nuestro décimo aniversario en Playa del Carmen.

Al año siguiente, Andy y yo estábamos viendo el show de Suze Orman y nos enteramos por un comentario al pasar de la conductora que, siendo empleados Andy y yo, podíamos preparar nuestros propios impuestos sin necesidad de un contador. Lo único que necesitábamos era instalar un programa en la computadora y responder una serie de preguntas. Esa fue la primera vez que usamos TurboTax, y no solamente recibimos un reembolso mayor, sino que nos ahorramos los honorarios del contador. Hay aliados en todos lados; simplemente hay que saber encontrarlos.

Desde entonces, muchas cosas han cambiado. Pero lo que sigue siendo una constante es el apoyo de mis aliados. Cuando contratamos un nuevo empleado, lo primero que buscamos durante la fase de las entrevistas es esa cualidad -que sólo los verdaderos aliados suelen tener- de hacer su trabajo con pasión y compromiso, independientemente de la recompensa. Muchas veces, la ayuda que nos presta un aliado no es más que su vocación por la tarea que le toca resolver. Para ellos, resolver ese problema es un desafío que los entusiasma. Para nosotros, es la diferencia entre una tarde de tedio frente a un contador que nos cobra por hora… y la sorpresa de recibir un cheque por $2,000 dólares a la hora de “pagar” nuestros impuestos.