Mis secretos para lucir bronceada y fragante

Lo prometido es deuda, amigas. Ahora que ha llegado el verano -y que he “invertido” unas horitas de mi tiempo libre bronceándome en la alberca rodeada de mates y libros- es hora de que les comparta dos productos que he descubierto hace muy poquito que son perfectos para crear el efecto luminoso de “glow” que me gusta lucir en las alfombras rojas a esta altura del año. Y, de paso, les cuento un secreto para sacarle provecho a mi perfume favorito.

El primer producto que acaban de lanzar en Saks.com se llama Rodial Soft Focus Glow Drops. Esta crema es una nueva clase de producto que combina lo mejor de las cremas hidratantes para ojos y el maquillaje. Aunque no lo crean, este producto cumple con las dos funciones. Por un lado, hidrata los ojos con su fórmula ultra lubricante y antioxidante y, por el otro, crea un efecto de “luminosidad interior” que pega perfecto con cualquier maquillaje. Está disponible a $55 en las tiendas Saks o en www.saks.com

El otro producto es el Bliss Ex-Glow-Sion™ Radiance-Boosting Eye Cream con Vitamina C. Se trata de una crema para ojos súper liviana que no solamente se absorbe en tiempo récord sino que ayuda a combatir el resquebrajamiento y la sequedad de piel. Este producto es vegano, libre de ingredientes de origen animal y no incluyen Parabenes, Phtalates ni SLS/SLES. Lo pueden conseguir a $20 en Target.com, Ulta o CVS, online o directamente en las tiendas.

Y aquí les va el secreto: no solamente es importante tener un buena fragancia, sino saber colocarla “estratégicamente”. En este momento mi perfume favorito es Pure Musc de Narciso Rodriguez. ¿Dónde me rocío? En los lugares habituales -las muñecas, debajo de ambas orejas… ¡y en la parte de atrás del cuello! Así como lo escuchan. Este secreto lo aprendí hace muy poquito. Si te colocas una fragancia en la nuca, todas las personas que se acerquen a saludarte percibirán inmediatamente tu fragancia porque esa es la altura a la que llegan sus narices cuando te saludan con un beso en la mejilla…

Muy bien, mis amores, como solía decirle a mis alumnos cuando daba clases en la universidad… “¡Es tu hora de brillar!”.