Sexo y dinero… Dos charlas que cambiaron mi vida.

NOTA: este artículo es parte de una campaña remunerada patrocinada por el banco Chase y #WeAllGrow Latina Network. Aún así, las opiniones expresadas son enteramente propias y sinceras, y las habría ccompartido con ustedes tal cual las leen, con o sin remuneración de por medio.

Aquí estamos con mi mamá, Cristina, haciéndonos unas selfies en mi casa.

Para muchos padres, la “charla” más temida es la que tiene que ver con el sexo. En mi -muy atípica- casa, el sexo nunca fue un gran tabú. Mis papás siempre estuvieron dispuestos a hablar de estos temas abiertamente y eso me ayudó muchísimo en mi vida adulta para tomar buenas decisiones.

Aquí estoy con papá Roberto, en su última visita a mi casa en Dallas.

Hay otra charla, sin embargo, que fue aún más importante. Y tuvo que ver con el dinero.

Mi papá papá y mi mamá -ambos abogados- pudieron darnos a mi y a mis hermanos una infancia libre de incertidumbres económicas. Ellos tenían su propio estudio, así que desde muy pequeña compartí la experiencia de tiempos de escasez y tiempos de abundancia que es tan común para las familias de pequeños comerciantes.

Es por eso que, al igual que tantos Millenials de hoy, mis padres hablaron abiertamente de dinero en nuestra casa. Siempre sabíamos cuánto dinero entraba y cuánto salía; siempre nos dijeron cuánto costaba mantener a una familia de cinco personas y cuán afortunados éramos cuando nos íbamos de vacaciones, comprábamos un nuevo carro o hacíamos unos arreglitos en la casa. Lo extraño del caso es que mis abuelos no hicieron lo mismo con ellos. De acuerdo a un estudio comisionado por el Banco Chase, los jóvenes de hoy (Millenials) reciben mucha más información financiera en comparación con sus padres (Boomers). El gráfico de aquí abajo ilustra la brecha entre unos y otros.

En mi caso, la charla fue más una conversación abierta que me dejó una enseñanza muy importante: vivir con austeridad y ahorrar todo lo que pueda es la mejor manera de asegurarme una vida sin sobresaltos. Es por eso que, desde que conseguí mi primer trabajo hasta el día de hoy, siempre me he guiado de acuerdo a 3 principios:

1- siempre gasto menos de lo que gano

2- jamás me he comprado un carro nuevo (los carros usados se deprecian más lentamente)

3- toda la vida he contribuido el máximo de mi presupuesto a mis cuentas de ahorro e inversión para retiro

Con los años, también fue aprendiendo otros principios de gente que admiro. Una de esas personas es Suze Orman, la gurú financiera que hace un segmento muy divertido en su show de televisión llamado “Can I afford it?” (“¿Me alcanza el dinero para comprarlo?”). Les recomiendo que lo vean. Hay excelentes recursos online para incrementar nuestra inteligencia financiera. El banco Chase tiene un video excelente acerca de las charlas tan necesarias que deben tener padres e hijos sobre dinero y finanzas. Aquí abajo lo pueden ver.

Pueden encontrar más información útil en el sitio dedicado del banco Chase, que se llama “La Charla”. Aquí está el link. Chase trabajó con el Centro de Investigación de Decisiones Financieras del Consumidor de la Universidad de Colorado Boulder para desarrollar este estudio, titulado Generational Money Talks 2016.

Ya sea que tengamos la charla con nuestros padres, o que aprendamos de figuras de autoridad como Suze Orman, la inteligencia financiera es una de las herramientas más útiles para navegar las aguas turbulentas de la economía del Siglo XXI, donde la palabra “disrupción” está de moda, las empresas se compran y venden entre sí en cuestión de meses, las nuevas tecnologías crean oportunidades y destruyen puestos de trabajo a un ritmo vertiginoso, y la única certeza es el cambio constante.

NOTA: este artículo es parte de una campaña remunerada que estoy haciendo con el banco Chase. A pesar de esto, las opiniones expresadas más arriba son enteramente propias y sinceras. En otras palabras, les habría dicho lo mismo, con o sin el apoyo de un patrocinador.

This is a sponsored conversation written by me on behalf of Chase and #WeAllGrow Latina Network. The opinions and text are all mine.